El sapo es un príncipe. Y viceversa en Revista de Libros



Caperucita Feroz

EL SAPO ES UN PRÍNCIPE. Y VICEVERSA
de José Ovejero (Funambulista, Madrid)



Los cuentos de hadas provocan de manera irresistible su chiste contraparte. Por ejemplo, aquél en que la princesa llega al bosque, descubre un sapo y le pregunta: “¿Eres tú el príncipe encantado al que debo dar un beso?” Y el sapo contesta: “No, ése es mi hermano, conmigo te toca sexo oral”.

En su libro, José Ovejero no se propuso ese proceso de reversión, pero los mecanismos usados se le parecen mucho. Así, en el caso del proverbial genio de la lámpara, donde el propio genio es quien tiene tres deseos que hay que satisfacerle, un hallazgo estupendo y que da lugar a uno de los mejores cuentos de esta gavilla de nueve.

No todos están cortados por el mismo patrón : “El origen del desierto” parece uno de esos artículos que Borges le inventaba a las enciclopedias; otros se dirían sacados de Las mil y una noches a través de los espejos deformantes del callejón del Gato (“El pescador y el pescado interesado”, que en verdad debiera titularse “...y el pez interesado”); el que da título al libro es una magnífica muestra de soltura narrativa por la vía del diálogo; y en fin, los hay como el dizque helvético –homenaje subliminal a la firma Nestlé– de “la lechera”, que despieza el cuento original con la mirada irónica de un contemporáneo, al igual que Somerset Maugham en su cuento “Cosas de la vida” desmontara el mundo de las seguridades burguesas.

Iconoclasta el autor y proteiforme su obra, arguye la contraportada editorial, y a fe mía que es cierto, los he seguido desde su primer libro publicado, una bonísima guía de Bruselas. Luego vinieron novelas, relatos, libros de viaje (¡¡China para hipocondríacos!!), poemas narrativos, teatro. Y ahora estos cuentos de hadas a contrapelo. Loado sea el inquieto afán de Ovejero en un mundo editorial donde suele apostarse a lo malo conocido en vez de a lo bueno por conocer.



por Ricardo Bada (Revista de Libros, marzo)

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