“El ángel del odio”, Lajos Zilahy en Melibro


“Extraña, extraña la noche de verano.
Un ángel de odio repicaba el tambor en el cielo”
Li-te-ra-tu-ra. Literatura con mayúsculas es lo el lector se encontrará ante esta maravillosa novela del autor húngaro Lajos Zilahy ( 1891-1974 ), autor de obras como “Primavera Mortífera”, “El alma se extingue” o la ya reseñada en esta web con anterioridad, “Dos cautivos. 
De la mano de la buena editorial Funambulista, “El ángel del odio”, tercera entrega de la trilogía iniciada con “El siglo feliz” y “Crepúsculo cobrizo”, es una novela de las de antes. Narra una historia apasionante, con un lugar como epicentro, Hungria, con unos personajes centrales, los aristócratas Dukay, símbolo del país de los magiares, aderezado con multitud de secundarios, en un contexto, todo el siglo XX hasta la entrada del ejército soviético, un retrato de una época y de unos personajes, siempre optimistas y esperanzados en un futuro mejor, pero siempre a remolque de los acontecimientos. Todo se inicia el día en que fallece el patriarca de los Dukay, el mismo día que Alemania invade Polonia, y ya nada será igual que antes.
Todo gira alrededor de uno de ellos, Mihály Ursi, hijo político de los Dukay, astrónomo de profesión y devoción, conocido como Ursa Major en su juventud ( Osa mayor en latín ), líder de los Stargazers, “conspiradores” en busca de un mundo mejor. Alguien culto, honrado, honesto. Individuo a admirar, de los que no quedan, que viene bien definido en esta cita de Zilahy:
“Vivió cuatro regímenes diferentes: su infancia, en tiempos de Francisco José; su juventud, entre las dos guerras mundiales, y su edad adulta, bajo el nazismo y después bajo el comunismo.  Los archivos de todos los tribunales ante los que fue procesado(…) siguiendo escrupulosamente los dictados de las leyes en vigor durante esos cuatro regímenes, demuestran que Mihály Ursi era un revolucionario, un conspirador inquieto e incluso un resistente(…) En la medida que cuatro regímenes, tan distintos idelológicamente, declararon unánimamente y con las mismas palabras, que Mihály Ursi constituía un verdadero peligro para la sociedad, este juicio general no podía estar errado. Sin embargo(…) no podemos dejar de recordar a Li Pu Ten, poeta chino de la dinastía Cha Ong, quien dijo que  había tiempos en que no existían hombres peligrosos para la sociedad, sino ciertas sociedades mortalmente peligrosas para todos los hombres honrados…( pág 35-36 )
Ursi, personaje que personifica la excelencia, con el que Zilahy nos quiere mostrar su ideal, siempre fue conciente que lo necesitaba Hungria era lograr una unión de Estados Danubianos para lograr detener el avanze alemán desde el oeste y el Ruso desde el Este. Un visionario, y cómo tal, ignorado por todos, hasta que el régimen del regente  Horthy dejó de flirtear con los nazis y acabó directamente casándose con Hitler, para ser devorado en la noche de bodas.
Hombre de frases lapidarias, idealista, revolucionario, quién sabe si alter ego de Zilahy, aqui nos deja alguna perla:
“La razón por la cual nuestro mundo moderno se arrastra tan bajo, particularmente en el aspecto moral, comparado con los tiempos de Pericles o de Santo Tomás de Aquino, es que hemos confiado el porvenir a úteros estériles, dinastías degeneradas, ambiciosos e inútiles estadistas y a sus Consejos de los Cinco, a “turulistas” y a parlamentarios llamados “constitucionales” con sus apolilladas cohortes de corrompidos representantes” ( pág 84 )
“En mi mente ha arraigado la idea de que la democracia es la indumentaria mejor cortada, más vistosa y más cómoda. Pero sólo para las vacaciones, el verano y cuando el sol brilla. Si se levanta una tempestad, con este ligero y lujoso atuendo nos empapamos hasta los huesos y tal vez pescamos hasta una pulmonía” (pág 93 )

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