"El museo del silencio", de Yoko Ogawa, en Sonograma Magazine

 Sonograma-El museo del silencioFueron los griegos quienes designaron con la palabra Museo al lugar consagrado al espíritu de las musas. Los músicos de aquellos lejanos tiempos se reunían en estos lugares para compartir su arte. Y ahora, la escritora japonesa Yoko Ogawa (Okayama, 1962) ha construido una trama novelada en un museo silencioso.
Con la publicación de esta obra, la editorial Funambulista celebra su décimo aniversario. Felicidades, pues, por crear tantas consonancias entre la literatura y el lector.
El protagonista y narrador de El museo del silencio va en busca de un trabajo a un pequeño pueblo. Llega a una casa solariega, y en la biblioteca de la casa, se encuentra una anciana coleccionista, muy menuda y delgada, de voz imperiosa que le propone sin dilaciones ni titubeos en qué va consistir su trabajo de museógrafo: reunir los objetos de sus vecinos, una vez muertos.
Ante este ofrecimiento insólito, el protagonista duda y será la hija adoptiva de la coleccionista, otro personaje singular, quien animará al joven museógrafo a aceptar el trabajo. Sólo lleva consigo un Tratado de Museología, El diario de Anne Frank, un pequeño bolso de mano, con una sola muda de ropa, lo necesario para afeitarse y su microscopio.
Empezará con la organización, clasificación y catalogación de materiales diversos para dar sentido y contenido al museo silencioso, inquietante y siniestro.
La situación se complica con la aparición de los cadáveres de algunas jóvenes de la localidad. Aquí, el lector empieza a entender que se enfrenta a un thriller psicológico. A lo largo del relato, los objetos heredados de los difuntos no hacen sino aumentar. Crece el silencio absoluto y la tristeza impregna todos los lugares del pueblo.

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