Entrevista a Ángel Ceña, autor de El León Blanco, en RTVE

'El León Blanco', el origen de Israel a través del thriller histórico

  • El periodista Ángel Ceña presenta su primera novela, ambientada en Israel
  • Un thriller en busca de las huellas del mandato británico en Palestina
  • Ángel Ceña: "Poca gente en Europa conoce cómo y por qué se creó Israel"

  Cubierta de 'El León Blanco'

 
JAIME GUTIÉRREZ 11.03.2015Israel no fue siempre Israel, durante siglos, los territorios que conforman este Estado formaron parte del Imperio otomano; el mundo en un pedazo de tierra, una región con una compleja amalgama étnica y un lugar de graves conflictos políticos que llevó, tras la Segunda Guerra Mundial, a que la Sociedad de Naciones (germen de lo que hoy es la ONU) a emitir un mandato para que el gobierno británico se hiciese cargo del territorio.
En este momento se desarrolla El León Blanco. La primera novela del periodista Ángel Ceña que retrata, por primera vez en español, estos años mediante una gran labor de investigación que se plasma en un intenso thriller histórico.
Editado por Funambulista, el libro narra dos historias en paralelo: la del capitán del servicio de inteligencia británico Nigel Cole y la del terrorista Ariel Hakim, que se cruzan cuando aparece en escena un misterioso militar inglés que filtra información clasificada al sionismo.

“¿A quién teme más, a mí o a los judíos?”

“Nunca pretendí contar la historia de Israel, sino la de los personajes”, explica a RTVE.es el propio Ceña, que no se declara especialmente interesado por este periodo histórico.
“Los escritores tenemos mucha imaginación. Una tarde, paseando por Jerusalén, me imaginé a una mujer enamorada de un oficial británico que le preguntaba: ‘¿A quién teme más, a mí o a los judíos?’. Ese fue el germen y la escena aparece en el libro tal cual la imaginé hace años, arropada por otras muchas historias”, explica.
Unas historias que, pese a vivir en la era de internet, ha encontrado viajando en varias ocasiones a Jerusalén en busca de las huellas de la presencia británica.
“Del mandato queda bastante en Jerusalén: la arquitectura de los edificios oficiales y de los barrios residenciales o los parques de la zona Oeste”, cuenta el escritor, que apunta que en las noticias aparece casi exclusivamente la Ciudad Vieja. “El viajero se sorprende al encontrar una ciudad muy colonial”, explica.

El ocaso del colonialismo

El “colonialismo” vivía su ocaso en 1945, cuando está ambientada la novela, y no fue tal en la región. “Gran Bretaña administró Palestina por mandato de las Naciones Unidas; no era parte del Reino Unido ni era ‘explotada’ económicamente”, aclara el autor, que explica que los británicos aceptaron el encargo de las Naciones Unidas por “la alianza de Gran Bretaña con los ‘árabes de Lawrence’, las tribus beduinas y la dinastía Hachemita que habían derrotado a los turcos en la Primera Guerra Mundial”.
Los intereses en realidad eran pocos, reconoce Ceña. “Irak, Egipto, Grecia cualquier otra zona de Oriente Medio o el Mediterráneo les interesaba más geoestratégica o económicamente”, explica.

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